Es una red inalámbrica que te permite ser completamente móvil en tu hogar, permitiéndote conectar múltiples dispositivos como laptops, smartphones, tablets, smart TV y consolas de videojuegos sin tener que conectarte físicamente a un módem por cable. Para tener una red Wi-Fi en tu hogar, necesitás tener un dispositivo llamado “router inalámbrico”, pueden navegar en las bandas Wi-Fi 2.4GHz no alcanza velocidades mayores a 50 megas por Wi-Fi, y la 5GHz, para poder alcanzar velocidades mayores a 100 megas.

Se requiere tener en cuenta los siguientes factores:

• Un router de doble banda en buen estado (idealmente).
• El dispositivo a conectar debe contar con una tarjeta de red inalámbrica, al ancho de banda contratado.
• La cantidad de dispositivos conectados simultáneamente a la red no debe exceder la capacidad de carga y descarga del ancho de banda contratado.
• Si tu casa es grande o tiene dos plantas, o si querés máxima cobertura en tu patio, terraza, etc., necesitás un extensor de señal que la empresa se lo puede alquilar.

Si en tu sector se encuentran operando una gran cantidad de redes, éstas podrían generar interferencias en tu servicio Wi-Fi; sin embargo esta es una condición propia de la tecnología, frente a la cual no podremos intervenir.

Cuando los dispositivos electrónicos como hornos de microondas, teléfonos inalámbricos o redes inalámbricas en las casas vecinas funcionan en la misma frecuencia, puede producirse afectación en la señal del “router inalámbrico” parcialmente bloqueada o no válida, lo que afecta la experiencia de navegación.

Cuanto más lejos esté el dispositivo utilizado para la navegación del enrutador inalámbrico, más débil será la señal, lo que puede afectar la navegación.

Las redes Wi-Fi son cada vez más comunes y por lo tanto cada vez hay más transmisiones Wi-Fi a través del aire. Las señales que trabajan en la misma frecuencia pueden causar interferencias entre ellas y tener un efecto negativo en el desempeño de los dispositivos Wi-Fi. Esto significa que la banda libre de 2,4GHz que es la más utilizada, puede verse gravemente afectada por otras señales Wi-Fi hasta el punto en que los dispositivos no funcionen con un nivel óptimo.

Se debe garantizar que los equipos a conectar a la red Wi-Fi, cumplan con los estándares estipulados en las normas internacionales relacionadas con las especificaciones de estos, para que la tecnología funcione correctamente. Las normas son: 802.11b creada en 1999, 802.11g en 2003 y 802.11n en 2009. Es importante tener en cuenta que para los equipos que cumplen con los estándares de normas más recientes, se podrá ver menos afectada la calidad del servicio; mientras que aquellos equipos que cumplen estándares de normas más antiguas, podrá afectar más la velocidad del servicio contratado.

Obstáculos físicos: Todas las casas tienen diferentes materiales y obstáculos que pueden interferir con las señales Wi-Fi. Las paredes, ventanas, espejos y otros dispositivos electrónicos pueden afectar la navegación por Internet.

Ancho de banda insuficiente: Es normal que pensés que la velocidad contratada en tu casa es suficiente para las exigencias de ancho de banda y los programas de video que se utilizan para ver lo que son películas y series con múltiples sesiones simultáneamente.

• La mejor ubicación para el enrutador es cerca de donde normalmente se navega la mayoría de los dispositivos.
• Evitar equipos que puedan causar interferencias, como hornos de microondas, televisores, antenas, etc.
• Cambiar el canal del router.
• Colocar el enrutador en un sitio elevado.
• Establecer un nombre y una contraseña para la red inalámbrica. Esto evita que cualquier persona que detecte tu red se conecte y use tu ancho de banda sin autorización.
• Tener en cuenta que varios dispositivos conectados al mismo tiempo puede afectar la calidad de la navegación.